Esperaré, pues, a Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y en él confiaré. (Isaías 8: 17.) En esta mañana quiero compartir con ustedes el testimonio de un siervo de Dios, que espera en El, no a causa de sí mismo, sino de su pueblo, de los cuales Dios ha escondido su rostro. Esto me recuerda lo que el profeta Ezequiel dice: <<Eze 22:30 Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.>> hay momentos en nuestras vidas que se genera una brecha una rajadura, ya sea en nuestra propia vida, en nuestra familia, en nuestra congregación, suceden circunstancia en las que parece que <<Dios escondió su rostro>> es entonces el momento de ponernos en esa brecha y repararla, en otras palabras ponernos delante de Dios e interceder por cualquiera que se la brecha. La brecha (Psa_106:23). Figura por interceder entre el pueblo y Dios (Gen_20:7; Exo_32:11; Num_16:48). “Comentario Crítico y Explanitorio de la Biblia Entera”, primeramente publicado en 1871, por Robert Jamieson, A.R. Fausset, y David Brown. Volviendo a Isaías 8: 17, Nos sugiere que nuestro esperar en el Señor, aunque comienza con nuestras necesidades personales, con nuestras expectativas, necesidades o la respuesta a las peticiones personales, no debe, ser suficiente, debemos pensar en que a nuestro alrededor hay personas a las cuales, Dios esté escondiendo su rostro, en lugar de pensar que es un justo castigo de su pecado, o las consecuencias de su falta de fe en Dios, es nuestro deber como Hijos de Dios, preocuparnos por su triste situación y esperar en Dios a favor suyo. El privilegio de esperar en Dios es al mismo tiempo origen de gran responsabilidad. Ya que tomando el ejemplo de Cristo, seamos intercesores, si entendemos realmente lo que es entrar y esperar en Dios, debemos utilizar nuestro acceso a Dios en favor de nuestros hermanos menos favorecidos. «Esperaré, pues, a Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob.» Cuando más profunda la oscuridad, mayor la necesidad de apelar a nuestro abogado supremo, con toda confianza a tu alrededor, al único que puede ayudarnos, para estar intercediendo por otros, esperando en Dios. La primera cosa que deben hacer es: «Esperaré en Jehová, el cual ha escondido su rostro de la casa de Jacob.» Esperemos en Dios, en una humilde confesión de los pecados de su pueblo. Hemos de dar tiempo y esperar en El, en esta actividad. Esperemos en Dios, en intercesión tierna y amante por todos nuestros amados, por equivocadas que estén sus vidas o sus enseñanzas, digo enseñanzas porque hay muchos que están pensando que están anunciando la palabra de Dios, pero sus enseñanzas distan mucho de la verdad bíblica, por eso debemos también interceder por ellos. Esperemos en Dios con fe y la expectativa, hasta que Él nos muestre que va a escuchar. Esperemos en Dios, con el simple ofrecimiento de nosotros mismos a Él, y la sincera oración de que nos envíe a nuestros hermanos. Esperemos en Dios, pacientemente, aunque ahora esconde su rostro de tantos de sus hijos y de los que no lo son. Y digamos, con creyendo con todo nuestro corazón «Espero en el Señor, mi alma espera y mi esperanza está en su Palabra. Mi alma espera en el Señor, más que los centinelas a la mañana, más que los vigilantes a la mañana.» COMENTE CON SU FAMILIA Y CON NOSOTROS LO QUE APRENDIÓ HOY HAGA UNA ORACIÓN SOLO O EN FAMILIA
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