Salmos 33:18-22 Reina-Valera 1960 18 He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia,19 Para librar sus almas de la muerte, Y para darles vida en tiempo de hambre.20 Nuestra alma espera a Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.21 Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, Porque en su santo nombre hemos confiado.22 Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, Según esperamos en ti.
Cuando aprendemos a esperar en Dios, comprendemos que Él está mirándonos a nosotros. Realmente es una bendición el esperar en Dios, que no aparta sus ojos y pensamientos de nosotros, incluso nuestras necesidades y deseos Él está pendiente. Aprendemos a temer a Dios porque estamos conscientes de que Él nos mira, en su gloria y en su amor, con su mirada omnisciente contemplándonos, para proveer a todas nuestras necesidades. Ponga mucha atención en lo que se nos enseña aquí de aquellos en quienes reposa el ojo de Dios, ahora le pregunto ¿el ojo de Jehová esta sobre usted?«El ojo de Jehová está sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia.» Cuando entramos en su presencia, lo adoramos es donde la majestad de Dios desciende del cielo, llenando nuestras vidas y verdaderamente tenemos un temor reverente a Dios.« ¿Quién no te temerá, oh, Señor, y glorificará tu nombre?» (Apocalipsis 15:4). Y del mismo trono salió la voz: «Alabad a Dios, vosotros sus siervos, y todos los que le teméis.» (Apocalipsis 19:5). Que en nuestro esperar procuremos «temer el glorioso y tremendo nombre de nuestro Dios». Cuanto más nos inclinamos ante su santidad en santo temor y adoración más descansará su santidad sobre nosotros, y más será llena nuestras almas de su Espíritu, cuanto más adentro entremos de la verdad de su palabra, más se nos dará a conocer su gloria. «El ojo de Jehová está sobre los que le temen.» Sobre los que le esperan es su misericordia. Cuanto más nos inclinamos, más comprendemos que no tenemos esperanza sino en su misericordia. Cuanto más nos inclinamos, más cerca de Dios llegamos y hacemos nuestros corazones más y dispuestos a confiar en Él. Si usted es de aquellos que esperan en Dios, ahora debe empezar a considerar que el Dios en quien esperamos. Está presto para librar sus almas de la muerte, y para sostenerlos en tiempo de hambre.» No para evitarles el peligro de la muerte y del hambre, esto es con frecuencia necesario para estimular la espera en El, sirve para mantenerlos vivos. Porque no importa los peligros, la situación, todo es temporal cuando hay una completa esperanza, de hecho hay siempre una esperanza. «Nuestra alma espera en Jehová; nuestra ayuda y nuestro escudo es El. Pues en Él se alegra nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado.»Espero que coincida conmigo y diga, ¡qué bendición el esperar en un Dios amoroso! Quien nos da una ayuda inmediata en el tiempo de tribulación, escudo y defensa contra el peligro. Amados lectores no deje que la impotencia, la desesperación, nos aleje de la gracia de esperar y ver la salvación de Dios? En medio de toda circunstancia así que espere en Dios, Él le librará, Él le mantendrá vivo. Y no lo diga solo en lo problemas sino unos a otros en todo tiempo digamos: Nuestra alma espera en Jehová; nuestra ayuda y nuestro escudo es El.» Así que fortalezcamonos y animémonos los unos a los otros en el esperar en Dios, que cada uno pueda decir no sólo de sí mismo sino de sus hermanos: «Hemos esperado en Jehová, nos alegraremos y regocijaremos en su salvación.»